El hecho de que la utilización únicamente del método científico sea insuficiente para interpretar la ciencia es una paradoja de ésta. La ciencia es un invento humano y un artefacto cultural. Los libros que tratan de ciencia (como éste) no pretenden ser considerados como científicos, aunque sus argumentos estén sólidamente basados sobre hechos científicos. Estos libros se inspiran en la historia y la filosofía y pueden tener (como éste) una cualidad profética. La ciencia, como empresa en evolución, no tiene modo de determinar su lugar en la experiencia humana. Para situar la ciencia en el contexto, hay que mirar más allá de la ciencia para de algún modo imaginar un curso o trayectoria de la historia junto a la que se mueve la humanidad del pasado al futuro. Este objetivo puede ser inalcanzable, aunque hay algo en la mente humana que hace que el hombre lo persiga.
Muchas opiniones que se escriben sobre ciencia y medio ambiente se ve perjudicado por la ambiguedad: las palabras tienen diferentes significados para distintos lectores. El término ciencia se usa a menudo en sentido abstracto, con varios significados distintos incluidos. Los científicos a menudo dan a "ciencia" su propio significado particular, más limitado que en su sentido general. Medio ambiente es aún más dificil de definir con precisión; los significados científicos y populares pueden diferir de forma significativa. Hay una tendencia general a identificar medio ambiente con cosas incluyendo fuerzas mientras que realmente el término significa relaciones.
Está claro que la ciencia, en el sentido de conocimiento ampliado y probado, está cambiando la comprensión de las relaciones del hombre con la Tierra. Este cambio progresa de forma desigual dentro de las sociedades y en todo el mundo; por eso las diferencias que se perciben explican en gran medida la controversia en la política sobre el medio ambiente. Los descubrimientos de la ciencia unidos a la experiencia directa han provocado una preocupación popular por las condiciones y relaciones medioambientales que ha alcanzado las proporciones de un movimiento socio-ético. Pero el movimiento es más dispar que coherente característica esperada en épocas de cambio conceptual. Los pronunciamientos probabilistas de los científicos relativos a las tendencias medioambientales reciben frecuentemente interpretaciones populares que los científicos consideran erróneas, y esto hace que algunos científicos vean el movimiento popular sobre el medio ambiente con ambivalencia.
Aun así, la preocupación pública por las condiciones del medio ambiente, expresada a través de organización, legislación y fondos para la investigación, ha tenido un impacto significativo sobre la ciencia como empresa. El centro medioambiental de las investigaciones científicas demuestra la unidad definitiva del tema objeto de la ciencia. Ninguna otra área de las preocupaciones humanas ha dado lugar a una mayor diversidad de disciplinas científicas al servicio de un campo en el desarrollo de políticas, ni ha ofrecido una mejor ocasión para el incremento de la colaboración interdisciplinar. Las influencias recíprocas de la ciencia y del movimiento medioambiental están afectando el curso de la historia, de una manera discreta pero, sin embargo, fundamental.
Las obras sobre política de ciencia y tecnología
medioambiental son muy a menudo deficientes en cuanto a claridad
conceptual porque los escritores han omitido especificar sus
términos de referencia. Las definiciones pueden resultar
tediosas, pero son necesarias cuando su falta puede corriente, no
se define a sí mismo. Ninguna de las dos palabras
"ciencia" y "medioambiente" tiene un
significado único e inequívoco. Ciencia puede significar
conocimiento, o también método; se puede leer, por ejemplo.
acerca de los descubrimientos de la ciencia y también acerca del
método científico. "Ciencia" se usa para designar una
profesión o las actividades profesionales de personas llamadas
"científicos". El término «ciencia» es un concepto
demasiado amplio y complejo como para ser definida de manera
concisa (George, 1970). Las definiciones convencionales de la
ciencia, como apunta John Ziman (1984), «tienden a poner el
énfasis en características bastante diferentes, dependiendo del
punto de vista». Resumiendo su introducción al estudio social
de la ciencia dice:
Es en efecto el producto de la investigación; utiliza métodos
característicos; es un conjunto de conocimientos organizado; es
un medio de resolver problemas. Es también una institución
social; necesita medios materiales; es un tema de educación; es
un recurso cultural; necesita ser dirigida; es un factor
importante en los temas humanos. Nuestro «modelo» de ciencia
debe relacionar y reconciliar estos aspectos distintos y a veces
contradictorios.
El concepto medio ambiente es, con mucho, menos complejo. El significado fundamental de medio ambiente es relativista; indica una relación entre un objeto concreto y todo lo que le rodea y que directa o indirectamente le afecta. Sin embargo, en el uso corriente los objetos tratados a menudo no son especificados ni asumidos como pertenecientes al conocimiento corriente. Por ejemplo, en muchos libros y artículos sobre el medio ambiente atmosférico u oceánico de la Tierra, parece implícito que la humanidad es el objeto abordado. Pero en algunas perspectivas de la ciencia, los objetos que constituyen centro del interés medioambiental son otros que los humanos. La atmósfera, por ejemplo, puede ser vista como una parte principal del entorno de los océanos. Una gran parte de la literatura sobre la ecología no trata de las relaciones humano-medioambientales. En el uso científico, así como en el corriente, "medio ambiente" se aplica a menudo de forma directa a las propiedades, características o actividades de entidades o fenómenos especificos, con mayor alcance que un tácito reconocimiento de las relaciones interactivas que les dan importancia medioambiental. La palabra "medio" es el término más adecuado para designar estas entidades. Como dejó claro el fisiólogo Claude Bernard (1865), el entorno humano está tanto dentro como fuera del cuerpo humano. Los procesos metabólicos de la vida implican una interrelación y un intercambio constante con el entorno exterior. Si la gente considerara seriamente esta circunstancia, el «medioambientalismo» podría ser una norma de actitud.
Así, la relación medioambiental es a menudo olvidada en su concentración sobre los objetos del entorno. Este enfoque selectivo a veces puede ser consecuente con la investigación científica e incluso necesario. Pero allí donde los comportamientos humanos, las actitudes, los valores y las instituciones son factores, el alcance de la investigación debe ser ampliado para tener totalmente en cuenta sus conexiones medioambientales. Por eso la ciencia sobre el medio ambiente tiende a tener un carácter multidisciplinario y a ser una empresa colaboradora más que singular.
En las relaciones medioambientales se puede por supuesto investigar en una gran variedad de niveles, desde el subatómico hasta el cósmico. Pero el enfoque principal de la ciencia sobre el medio ambiente en este libro consiste en las relaciones entre los humanos (principalmente sus organizaciones) y otras especies vivas y los sistemas biogeológicos en los que viven. Los sistemas de la biosfera que soportan vida constituyen el tema más importante de los que componen la ciencia sobre el medio ambiente. Pero su interés se extiende al entorno cósmico del que la Tierra recibe esas fuerzas energéticas que hacen posible la vida sobre ella. Las fuerzas antropogénicas que median en las relaciones humano-planetarias ya han sido calificadas como «culturales». Los usos convencionales de los términos «cultura» y «medio ambiente» a menudo no reconocen que toda cultura existe dentro de y en relación con un entorno natural. Por eso el hombre existe dentro de un saco de vida sin costuras en el que todas las relaciones son de alguna manera medioambientales (Storer, 1954).
INSTITUCIONALIZACION DE LA CIENCIA SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
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